Discípula y amiga de Sigmund Freud, la princesa Marie Bonaparte

Discípula y amiga
Marie Bonaparte

Fue una “rara  avis” en la realeza del siglo XX

Son muy pocos los personajes de la realeza  del siglo XX que fueron tan peculiares como lo fue esta mujer. Perteneciente al linaje de Napoleón fue discípula y amiga de Sigmund Freud. Además, autora de numerosos libros referentes al psicoanálisis y especializada en el sexo femenino, también tía de la reina Sofía. Se trata de Marie Bonaparte, una “rara avis” entre las testas coronadas de Europa. Sus grandes pasiones fueron su marido gay que jamás la amo y la conducta sexual femenina.

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Nació en Paris en el año 1882. Fue una de las herederas más ricas de Francia cuando conoció al príncipe Jorge de Grecia. Este soltero empedernido no mostraba deseo por tener una mujer o una familia. Sin embargo, el Estado exigía que el segundo de los monarcas se casara y engendrara descendientes. En un lujoso apartamento parisino del príncipe Roland Bonaparte se dio el compromiso matrimonial entre Jorge y Marie. “Es el esposo que muchos padres querrían para sus hijas”, decía Roland feliz de la vida.

Marie se enamoró poco a poco de Jorge aunque él no tenía ningún interés en ella en la vida. Para el año 1907 se convirtió en princesa de Grecia pero ella siempre se sintió como sapo de otro pozo.

Discípula y amiga. Un marido homosexual

Al poco tiempo de estar casada Marie descubrió que en realidad su marido era homosexual. Desde ese tiempo Marie se dio cuenta que jamás seria amada por su marido. Marie tuvo una serie de romances muy discretos con: Aristide Briand y con uno de los discípulos de Freud. Fue gracias este último que Marie se interesó por el psicoanálisis. Sus encuentros con Freud derivaron en una amistad que duro toda la vida llevándola a una carrera como psicoanalista.

Discípula y amiga
Al poco tiempo de estar casada Marie descubrió que en realidad su marido era homosexual

Una considerable parte de su fortuna fue usada para ayudar y rescatar a al menos unas 200 familias judías durante la persecución nazi. Su riqueza también contribuyo a la popularidad del psicoanálisis en Francia. Por ello se convirtió en la figura fundamental de la Sociedad Psicoanalítica Francesa.

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