The Sex Queen of Stratford, Helen Mirren (PARTE II)

Se entiende entonces que ha sido su leitmotiv. No prestarle atención a lo que otros comentaban a sus cercanías, sobre ella. Helen Mirren tuvo que instruirse y soportar para seguir. Ya que comprende que siempre fue una mujer adelantada a su tiempo. En ningún momento quiso tener hijos, y nunca quiso casarse.

No obstante, acabó haciéndolo, en 1997, con el director Taylor Hackford (Ray). Su pareja desde 1986 y hasta el día de hoy. Lo ha dicho más de una vez, de lo único que se lamenta es de no haber nacido más tarde. Para no regocijarse siendo más joven de un mundo más actual. Para su suerte, ahora el mundo la ha tocado. O será que a ella le interesa menos aun lo que otros digan de su persona. “Es lo bueno de hacerse mayor. Ya no tienes que aguantar toda esa mierda. Pero al tiempo que yo cumplía años, las actitudes cambiaban”, responde.

En plena discusión sobre el sexismo y la falta de diversidad en Hollywood, Mirren está inclinada de que no se le puede demandar al cine. Que se envuelva más si no se lo reclamamos al mismo tiempo a la sociedad. Por ello se ríe si le preguntan si es feminista. Se da por habituado, solo viendo su trayectoria vital y profesional.

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Después de 20 años triunfando en el teatro y con pequeños papeles en televisión y cine, Mirren sublevó la pequeña pantalla con su papel de detective en la serie Una mujer de acero (1991)

“Iba sobre mujeres en el lugar de trabajo”, recuerda. “Siempre pensé que tuvo tanto éxito porque, cuando se estrenó, las mujeres que habían entrado en la policía, en medicina. O en cualquier otra profesión a cualquier otro nivel, estaban entonces en sus 40. Habían pasado por toda esa misoginia de la que no se hablaba. Y [con la serie] podían mirar atrás y decir: ‘Sí, así fue”.

Y sigue: “Entonces no se podía hablar del tema. Creo que aún hoy si te quejas sobre ese tipo de comportamientos quizá ganes un juicio. Pero tu carrera probablemente estará acabada por quejica. Creo que ahora si las cosas han cambiado es porque hay un incentivo fiscal. Te pueden multar o penar si te pasas. Los hombres han aprendido que es inapropiado”.

Helen Mirren, de igual forma, se queja. Se quejó entonces y lo sigue haciendo ahora

No obstante, lo ha hecho más por medio de su trabajo que con palabras. Su carrera arrancó una segunda edad dorada tras Gosford Park, en 2001, cuando ya poseía sus 54 años. Y, a discrepancia de otras actrices, ella no se ha detenido en estos 15 últimos años. Persiste en la suerte. Pero asimismo es su creencia del deber, la responsabilidad hacia su carrera. Y que se niega a aceptar que no hay papeles atrayentes para mujeres maduras. Si es requerido, dice, habrá que buscar papeles en principio escritos para hombres y modificarlos de sexo. Como le pasó en una de sus últimas películas, Espías desde el cielo, donde interpreta a un coronel del Ejército británico.

“Nunca pensé que interpretaría a una persona real”, dice quien ha ganado un Oscar, un Tony y un Globo de Oro como Isabel II

Reconoce que es un mundo mucho más dificultoso para las mujeres, pero ella sigue en la búsqueda de papeles. Será suerte, pero su currículum en los últimos años da expectación. Y es prueba de que hay películas para ella: de la reina Isabel II a una exespía en RED y RED 2. De la mujer de Hitchcock a “la periodista más poderosa y temida que conoció Hollywood”. Hedda Hopper, Trumbo, junto a Bryan Cranston y Diane Lane.

Se ríe al formar un repaso de sus últimos personajes. “Es gracioso, nunca pensé que interpretaría a una persona real. Porque no puedes ser tan buena como ella. Pero está claro que cambié de idea”, dice de forma irónica. Solo por su actuación de la reina de Inglaterra en cine y teatro ha ganado el Oscar, el Globo de Oro y el Tony. La triple corona de la interpretación que solo una reina magna como ella puede relucir sin engreimiento.

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