Cara Delevingne en la cara de todos

En el mes de agosto del año 2015, en la cumbre de su carrera como modelo, Cara Delevingne (Londres, 1992) terminó por salirse voluntariamente de la fotografía. Decepcionada con la industria de la moda y abatida por su ritmo de trabajo (en el año 2012 alcanzó a desarrollar psoriasis debido al estrés), la chica de las cejas tupidas dijo basta; avisó su retirada de las pasarelas para concentrarse en su naciente carrera como actriz y cortó lazos con su agencia, Storm. La que era la supermodelo del momento, la verdad es qué, jamás había querido serlo.

e9ecab78313b84f5d018cf3a886e6ad7Luego de un año fuera del radar, y a punto de cumplir sus 24 años, ahora está de regreso. Y de qué forma. En plena promoción mundial de Escuadrón suicida (uno de los estrenos más ansiados, donde hace de la doctora Moone y su alter ego malvado, Enchantress), figura hasta cuatro portadas: el número de otoño de la revista Love y los números de septiembre de Vogue UKEsquire UK y Elle USA. En las arregladas fotografías de interior, la británica manifiesta que su fuerza camaleónico continua intacta. Pero son las entrevistas que las siguen las que están envolviendo todos los titulares. Delevingne responde cada incógnita con la misma franqueza que manifiesta en las redes sociales: sin filtros. Así, en Love entra en su vida sexual y en Vogue, su relación con la cantante Annie Clark. Pero es en Esquire en el cual se expone más, y no solo porque en distintas de las imágenes pose completamente desnuda; en ella habla abiertamente de la adicción a la heroína contra la que luchó su madre, de la concavidad que como resultado de eso padeció en su adolescencia, de sus tendencias suicidas o de cuando se autolesionaba.

Cara Delevingne creció en una familia de clase alta y bien vinculada. Su padre, Charles, es promotor inmobiliario; su madre, Pandora, trabaja de personal shopper en los lujosos almacenes Selfridges; su abuela era dama de compañía de la princesa Margarita; su bisabuelo, vizconde; su tía, íntima de Churchill. Y se podría continuar. Desde que Christopher Bailey, de Burberry, la desembuchó en 2011, y Karl Lagerfeld la glorificó un año más tarde, Delevingne tuvo un ascenso esplendido. Pero tras la fachada glamurosa de party girl, peleaba con varios demonios. Y el ámbito de la moda implicó ser un mal contexto para exorcizarlos.

No ha vuelto a una pasarela desde marzo de 2015, pero es imagen de las últimas campañas de Saint Laurent o Marc Jacobs, y embajadora de la empresa cosmética Rimmel. Asimismo participa en planes humanitarios como I’m Not a Trophy o Jeans for Refugees. Con relación al cine, parece ser que la pasión con la que se ha inclinado en él está dando sus frutos (sin embargo, con división de opiniones entre los críticos); luego de Escuadrón suicida estrenará Kids in loveLondon fields (basada en la novela de Martin Amis); Tulip fever, con Alicia Vikander; yValerian and the city of a thousand planets, de Luc Besson.