Mia Khalifa es una chica libanesa americana, que viajó desde Beirut a Estados Unidos en el año 2000. Inicialmente, su vida fue muy corriente. Contrajo matrimonio con un hombre estadounidense después de cumplir los 18 años. Asistió a la Universidad de Texas estudiando la carrera de historia.
Con 21 años, prácticamente recién titulada y divorciada, la joven trabajó para un restaurante de comida rápida en Miami. Sin saber que pronto alcanzaría la fama, pero en espacio poco convencional, considerando la cultura a la cual pertenecía.
Mia Khalifa y su llegada a la fama de la industria porno
Un día un hombre se le acercó y le preguntó si quería trabajar en el mundo del modelaje “desnudo”, sin embargo, Mia entendía lo que verdaderamente este hombre pretendía decir. Después de 3 meses trabajando en la industria del porno, Khalifa se transformó en una de las caras más conocidas. Sus videos conseguían más de 1.5 millones de visitas, fue la actriz número 1 en fama.
Después de su éxito Mia tuvo que afrontar los efectos de la fama. No solamente a los ataques en su país de nacimiento. Además, fue una imagen controversial mundialmente. Esencialmente luego de que se publicara una película donde aparecía usando un hijab.
Ese detalle la colocó como un objetivo más del Estado Islámico. Desde donde este grupo de yihadistas le remitió intimidaciones de muerte y le señaló que iba a incinerarse en el infierno. Al final, fueron estos mensajes los que le lograron que Mia desertara de la industria pornográfica para siempre. Sin pasar mucho tiempo después de entrar.
(También te puede interesar: Cameron Díaz le dice adiós a la actuación)
“Todo comenzó a salirse de control cuando las intimidaciones del ISIS me alcanzaron, fue cuando di un paso decisivo”, relató. Sin embargo, a pesar de que ella abandonó este mundo de la pornografía, no ha soltado totalmente el espectáculo.
Ahora trabaja como chica de webcam y crea contenido interactivo para sus fans y seguidores en su cuenta de Patreon. Y aunque cueste creerlo, Mia Khalifa sigue ganándose la vida al frente de una cámara, solo que actualmente lo realiza usando ropa.
El punto de vista de Mia acerca de la industria porno y de las mujeres que trabajan en ella es solitaria. “La generalidad de las chicas entran buscando popularidad. Esa es la razón más triste. Todas estas chicas que creen que esa es el único modo para gustar a los demás o transformarse en una celebridad. Es triste,” indicó en una entrevista.
“Era una mezcla de culpa y vergüenza”, afirmó la ex estrella del porno. No obstante, reveló que sentía emociones buenas, al percibir que la veían seductora como para grabarla o desear estar con ella. “Echo un vistazo atrás no sé en qué estaba pensando… tenía 21 años y era tonta”.
