Proceso de la Radiofrecuencia Facial. Se comienza limpiando en profundidad el cutis del paciente para eliminar suciedad; y luego se demarca con un rotulador la zona a tratar, por donde se aplica un gel conductor.

Posteriormente; el aparato se sitúa después sobre la piel, y se irá moviendo por las zonas marcadas una vez que alcance la temperatura ideal. Es frecuente que el paciente sienta alguna molestia o picor, pero no dolor.

La radiofrecuencia puede complementarse con otras técnicas como luz pulsada intensa; que optimizan la textura de la piel y las pequeñas manchas y venitas de la cara, con peelings químicos, rellenos; que deben ser realizados en diferentes tiempos y con una secuencia programada para conseguir un rejuvenecimiento facial integral.

Radiofrecuencia Facial. Resultados del tratamiento.

Las zonas más usuales de tratamiento son la frente, los ojos, los pómulos, el óvalo facial y perfil mandibular y el cuello. La radiofrecuencia facial, es segura, levanta las cejas, tensa la piel de la frente, densifica y estira la que se halla alrededor de los ojos, minimiza los poros, reduce el descolgamiento de tejidos (útil para disminuir la papada) y suaviza las arrugas profundas.

La radiofrecuencia facial mejora el aspecto de la piel sin que sea necesario recurrir a inyecciones de ácido hialurónico o botox. Sin embargo; aunque los resultados pueden ser visibles en la primera sesión, el número de estas varía según la necesidad. Por lo general; se recomiendan entre cuatro y seis en la cara, y entre seis y diez en otras zonas del cuerpo.

Eso sí; hay que tener en cuenta que los efectos no se mantienen en el tiempo, y que solo es efectivo en casos leves o moderados. Cuidado también con el centro de belleza que se elige, ya que la intrusión profesional es alta. Siempre deben tomarse la experiencia y procedimiento que aplican las personas que aplican estos tratamientos.