Jodie Foster concurrió el pasado miércoles a un choque con el público en el marco del Festival de Cine de Tribeca, en Nueva York, al que asistió para mostrar su nueva película como directora, Money Monster. La discusión, controlado por Julie Taymor, otra veterana artista, no demoró demasiado en concentrarse en una de las discusiones más desarrolladas de los últimos tiempos en la industria del cine: Las mujeres y Hollywood. La actriz aceptó estar cansada de hablar sobre el asunto en foros públicos, y a la pregunta de los asistentes de por qué, ella reconoció que la conversación se había transformado en simplista: “Que no haya muchas directoras de cine no es de ahora. Me gustaría que la conversación fuera más compleja, no solo basándonos en cifras y porcentajes. No creo que haya una gran conspiración para mantener a las mujeres apartadas”, señaló.
En una acción tomada por dotar al debate de esa complicación que ella misma reclama, Foster anotó diferentes razones de la supuesta discriminación al género femenino en Hollywood: “Tiene que ver con nuestra psicología, con nuestro mundo financiero, con la economía global. Hay muchas respuestas a esas preguntas, pero hay que echar la vista atrás cientos de años”. La actriz y directora descubrió quién es para ella su directora de cine favorita: Jonathan Demme que, la verdad, es un hombre. “Fue un tío capaz de entender El silencio de los corderos y decir: ‘Esta película es sobre una mujer. Ella es la heroína’. Es por eso que la película no está llena de violencia gratuita. Él fue valiente por esa mujer”, aseveró Foster, quien logró su segundo Oscar interpretando a la agente Clarice Starling en dicha cinta.
Para la actriz, la realidad es que todo se trata de una gran negligencia y ha imputado por igual a mujeres y hombres: “Es un grupo de personas que no reflexionan sobre ello, incluidas muchas ejecutivas que han alcanzado puestos de poder en los últimos años y no han hecho nada por llevar a mujeres a lugares dominantes”.
La estadounidense se estrenó como directora de cine en 1990 con la película El pequeño Tate; desde ese periodo, ha estado dirigiendo otras cuatro y el tercer episodio de la primera temporada de la serie de televisión Orange is the new black. Durante esa semana en el Festival de Cine de Tribeca ha acudido a la celebración del 40º aniversario de la película de culto Taxi Driver, donde interpretó con tan solo 14 años a una prostituta y consiguió una nominación al premio Oscar. Un papel secundario que acabó por ser legendario y supuso para Foster su gran salto al estrellato.
