Una cara bonita, limpia y suave, es posible

Una cara bonita
Una cara bonita

Una cara bonita, limpia y suave, es posible. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Su función es resguardar el cuerpo de ataques externos, conservar su forma y establecer relaciones sensoriales con el medio ambiente.

Una buena limpieza e hidratación son los cuidados básicos. Que favorecen y mantienen una piel bonita, sana y protegida contra infecciones. Por esta razón, el consumo de agua y una alimentación rica en frutas y verduras contribuyen con las vitaminas que la piel necesita para su adecuada defensa.

Hidrata la piel de tu cara
Hidrata la piel de tu cara

Una cara bonita, limpia y suave. Consejos y recomendaciones

Desmaquíllate antes de ir a dormir. Cuando adquieras maquillaje, opta por aquellos productos que son “no comedogénicos” o “no acnegénicos”. Bota el maquillaje viejo que huela o tenga un aspecto diferente a cuando lo compraste.

Protege la piel del sol. Quizá parezca que el bronceado disimula el acné, pero solo se trata de algo temporal. El bronceado puede agravar el acné, en lugar de mejorarlo.

El sol también estimula lesiones en la piel que favorecen la aparición de arrugas e incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Lleva el pelo limpio y evita que entre en contacto con el rostro para que la grasa y la suciedad que contiene no te cierre todavía más los poros de la piel.

Evita tocarte la cara con las manos o apoyarla en cosas que tienden a amontonar sebo y residuos de la piel, como el auricular del teléfono. Al tocarte la cara, puedes esparcir por ella las bacterias que hacen que los poros se inflamen e irriten. Lávate bien las manos antes de aplicarte cualquier producto en la cara, como cremas de tratamiento o maquillaje.

Lávate la cara dos veces al día con agua tibia y un jabón suave elaborado específicamente para personas con acné. Masajéate suavemente la cara con movimientos circulares.
No te estalles los granos. Es tentador, aquí los motivos por lo que no debes hacerlo: al reventarte un grano, puedes empujar material infectado hacia capas más profundas de la piel. Provocando más hinchazón y enrojecimiento. Haciéndote heridas, que te pueden dejar pequeñas cicatrices permanentes.