Las razones por las que qué no puedes dejar de tararear ‘Flowers’ de Miley Cyrus

Nos libera, nos da subidón, nos empodera, nos hace sentir fuertes y, también, llorar. Puede que, mañana, acabemos odiándola de tanto escucharla, pero lo que está claro es que hoy sus estrofas nos recuerdan algo que jamás se nos debería de olvidar: a querernos mucho y bien. ¿Quién no sueña con alcanzar el ‘empoderamiento nivel Miley‘?

Me paso el día tarareándola. Me la pongo nada más levantarme, cuando voy a entrenar y mientras preparo la cena. Confieso sin rubor alguno que, aunque vaya hecha una calamidad, sin peinar y en chándal, me ‘vislumbro’ caminando sinuosamente por las colinas de Los Angeles, enfundada en un vestido dorado toda empoderada y ‘venida arriba’. Es más, hasta me ‘sirve’ de acicate para hacer una repetición más en mis series de flexiones.

No soy la única. Mi amigas ‘andan’ igual que yo, obsesionadas con ese ‘Flowers’ de Miley Cyrus que se ha convertido en un himno para las mujeres con (o sin) el corazón roto. Porque, a diferencia de la BZRP Music Sessions #53 de Shakira y Bizarrap en el que, con tanta ‘delicadeza’, se alude a Gerard Piqué y Clara Chía (que personalmente, me parece superpegadizo, pero bastante corriente), el temazo de Cyrus no suena a revancha chunga (aunque lo sea) contra su ex, Liam Hemsworth, sino a la ‘reivindicación’ de algo que deberíamos de aprender todos, hombres y mujeres, desde nuestra más tierna infancia: a querernos mucho y bien a nosotros mismos.

¿Qué sientes cuando escuchas o ves el videoclip de ‘Flowers’?, pregunto a una de mis amigas del alma. Esta es su respuesta “Una gran tristeza pero, a la vez, una profunda liberación. Percibo, en cada una de sus estrofas y, en ese poderoso caminar de la cantante, el aliviador balón de oxígeno que supone soltar el pesado lastre emocional que conlleva una ruptura sentimental”.

Aquí va otro testimonio no menos impactante. “Solo te digo que mi frase favorita ahora mismo es: empoderamiento nivel Miley. ¡Me flipa! Es un subidón el que siento cuando la escucho que me da muchísima fuerza. Me arrasa todo: el ritmo, la letra, ¡todo! Es mi canción favorita y mi hija se descojona de mí, porque no paro de bailarla y hasta me la pone ella para suavizarme si va a salir. Vamos que me estoy pensando muy seriamente hacer el vídeo en verano con ese traje de chaqueta de Yves Saint Laurent”.

Si, tal y como nos contó la psicóloga Brígida Higueras Madsen hace unos meses, el secreto del éxito de Shakira con esa primera entrega de ‘las mujeres no lloran, las mujeres facturan’ titulada ”Monotonía” no radicaba, obviamente, en la calidad de la letra sino en haber conseguido que “sus fans empatizaran con el profundo dolor que sentía tras su separación de Piqué”, Cyrus ha ido todavía un paso más allá al poner el foco en ella misma en lugar de ‘hurgar en la herida’ y poner el ventilador a tope para esparcir la mierda. “Puede que resulte ‘muy terapéutico’ compartir y buscar apoyo pero en un círculo íntimo pero, más allá de allí, lo que se suele llamar ‘poner a parir’ a nuestros ex -sobre todo, si hay familia o hijos de por medio- crea un clima que no es, ni mucho menos, el adecuado para la superación del trance”, nos explicó Madsen por aquel entonces.

Frente a la ‘canción revancha’ llena rencor de Shakira, la psicóloga y directora de EnpositivoSí, Isabel Serrano-Rosa, ve en el ‘Flowers’ de Miley Cyrus un canto a la decepción: “Para mí, esta canción tiene mucho que ver con una parte esencial de todas las relaciones sentimentales, con ese sentimiento de decepción que, inevitablemente, llega tras esa primera etapa de enamoramiento y autoengaño en la que idealizamos a nuestra pareja. Es una etapa necesaria en la que, igual que te van a decepcionar, tú vas a decepcionar. Se trata de una ‘bajada del pedestal’ que no todo el mundo es capaz de superar”.

Con una simpleza apabullante (el tema tampoco destaca, precisamente, por lo elevado de su letra), ‘Flowers’ nos pone ante las narices cosas ‘muy basiquinas’ que deberían de formar parte del ‘repertorio’ de básicos a asimilar en nuestra más tierna infancia en lugar de ese frustrante imaginario de ‘finales felices y perdices’. Cosas como que no somos medias naranjas en busca de nuestras otras mitades, sino piezas enteras (el padre de otra de mis amigas del alma suele decir que si juntas dos medias naranjas, acaban por pudrirse); que caminar por la vida de la mano de un compañero o compañera es maravilloso pero no tiene que ser siempre la mejor opción; que nuestra autoestima jamás debería de edificarse sobre la opinión del prójimo (que suele ser un atajo para la autodestrucción); o que nosotros vamos a ser siempre los que mejor nos vamos a entendernos (y también los más duros con nosotros mismos).

Dicen que ‘Flowers’ es la respuesta al ‘When I Was Your Man’ de Bruno Mars, pero, y aquí viene mi gran ‘frikada’, a mí lo que me recuerda su estribillo es al ‘Cómo no te voy a querer su fuiste campeón de Europa una y otra vez’ que se le canta al Real Madrid cada vez que gana la Champions.

Hoy nos libera, nos da subidón, nos empodera, nos hace sentir fuertes o, también, llorar y puede que, mañana, acabemos odiándola de tanto escucharla, pero lo que está claro es que sus estrofas nos recuerdan algo que jamás se nos debería de olvidar. Ya lo dijo Woody Allen: “Masturbarse es hacer el amor con la persona que más quieres”.


Vía El Mundo