Ariana Rockefeller, la chica de espíritu libre y heredera de Rockefeller

ariana Rockefeller
Ariana Rockefeller

Ariana Rockefeller era la niña de los ojos de su abuelo David Rockefeller, un hombre exitosos de negocios. Una chica inteligente con una hermosa belleza y decidida a que lo suyo no era la banca. De espíritu libre, esta mujer de 35 años ha viajado mucho en busca de su verdadera vocación.

Sus padres son David Rockefeller Jr. y Diana Newell Rowan, con su hermana Camilla representan la quinta generación Rockefeller. Su familia ha estado muy ligada a la banca, ella apuesta por una disciplina diferente: la industria de la moda. Su firma AR la creó en 2011. Desde ese momento ha sido una de las predilectas de las socialités de Nueva York, de donde ella es oriunda.

Esta joven de sociedad ha sido valiente, dedicándose a un trabajo que no tiene nada que ver con la banca. Estudió en la Universidad de Columbia, Ciencias Políticas y Artes Visuales. De hecho, sus prácticas de pasantías las hizo nada menos que al lado de Kofi Annan en las Naciones Unidas.

El matrimonio de Ariana Rockefeller

Ariana Rockefeller
Se conocieron desde niños mientras veraneaba en Mount Desert Island.

Nadie le conocía ningún novio, hasta que en el año 2010 contrajo nupcias con el analista financiero Matthew Bucklin. Se conocieron desde niños mientras veraneaba en Mount Desert Island.

Ella misma se define como una “una chica normal”, aun cuando destaca con su elegancia y su saber estar. Es fanática de escuchar música de los 90, como Guns N’ Roses o George Michael. De hecho, es común encontrársela en algún rascacielos bebiendo algún cóctel Bemelmans Bar. También disfrutando un buen almuerzo en el restaurante Amaranth, o haciendo compras en  Jo Malone.

Suele pasar largas temporadas en Florida, y asistir a su restaurante predilecto The Grille Fashion Cuisine.  Además, con su esposo disfruta de la Costa del Sol española  y comer uno de sus platos preferidos: la paella. Es aficionada a los caballos y se ha convertido para ella en un trabajo más. Tras la muerte de su abuelo de Rockefeller ella manifestó a una revista conocida:

“Mientras estaba en Columbia, solía ir a cenar y pasar la noche en la calle 65 con el abuelo”.